Novia a la fuga

09.01.2021

Condición: La historia sucede en un crucero de lujo y empieza cuando se da la noticia de que alguien muere.


Camarote amplio y lujoso, repleto de muebles sobre los que reposan objetos variopintos. Hay muchas cajoneras bloqueadas con candados y cerraduras. En la mitad de la estancia, en el suelo, una cinta blanca marca la figura de un cuerpo. A su lado, una caja rodeada de dinamita con un cronómetro visible para el público que marca sesenta minutos. Entran cuatro mujeres, ataviadas con camisetas rosas que rezan «Novia a la fuga». Empiezan a fisgonear, pero son sorprendidas por la MEGAFONÍA.


MEGAFONÍA.—Sois tripulantes del Royal Caribbean, un crucero de lujo. Entráis en el camarote del capitán al escuchar un grito y os lo encontráis muerto, al lado de una bomba con temporizador. Tenéis que encontrar la manera de desactivarla antes de que explote. Recordad que podéis pedir pistas. ¡Buena suerte!

CARMEN.—Vale, chicas, vamos a organizarnos. Id diciendo lo que encontráis y lo ponemos encima de esta mesa.

IRIA.—¡Aquí hay una bomba!

LUCÍA.—Tía, es la que hay que desactivar para salir de la escape room.

IRIA.—¿Y cómo leñe se desactiva? Yo estudio ADE, no bombería.

ELENA.—Resolviendo intrincados acertijos. (Mirando hacia el público, dramáticamente). Manos a la obra, o todo el barco explotará.


(Suena una música ominosa).


LUCÍA.—Joder, pues ahora me apetecen bombones.


(Los personajes se mueven a cámara rápida, resolviendo los acertijos. La cuenta atrás disminuye rápidamente hasta marcar cuarenta minutos).


CARMEN. (Levantando los objetos de la mesa y enseñándolos).—Vale, tenemos una tarjeta llave, una nota en blanco, dos llaves sin usar, un mechero y un pañuelo.

IRIA.—El pañuelo es mío.


(CARMEN tira el pañuelo al suelo, con asco).


ELENA.—¿Probasteis bien las llaves? Quedan un montón de candados todavía.

LUCÍA.—Varias veces, y nada.

ELENA.—¿Segura? Con los botones de la pared dijiste lo mismo.

LUCÍA.—¡Claro que estoy segura!

ELENA.—Mira que si pruebo las llaves y abren...

IRIA. (Interrumpiendo).—Cortad el rollo, tías, que es la despedida de Carmen, vamos a pasarlo bien. (Acercándose a la mesa). ¡Ostia! Si esta es la llave de mi buzón.

CARMEN.—Te mato, tía. Te juro que te mato.


(Los personajes se mueven a cámara rápida, pero la mayor parte del tiempo deambulan por la habitación. La cuenta atrás marca veinte minutos).


CARMEN. (Mirando la bomba).—Joder, tías, ¿visteis qué hora es?

IRIA.—¿Hora de pedir una pista?

ELENA.—¡Nada de pistas! En una situación real no tendríamos ayuda.

CARMEN.—Pero esto es una escape room, esa bomba es de cartón y llevamos diez minutos buscando un maldito código. ¿De quién fue la idea de venir aquí?


(IRIA y LUCÍA miran a ELENA acusadoramente).


ELENA. (Visiblemente indignada).—¿Qué pasa? ¿No os lo estáis pasando bien?

LUCÍA.—Yo, la verdad, me muero de hambre.

CARMEN.—Cuando me dijisteis que mi despedida iba a ser en un crucero, no me esperaba esto.

ELENA.—Teníamos un presupuesto ajustado.

IRIA.—Pues yo me lo estoy pasando bien, vamos a seguir. (Alzando la voz y saludando hacia el público). ¡Eo! ¡Chico del escape room! ¡Danos una pista!

MEGAFONÍA.—Tenéis el código que buscáis desde antes de entrar en el camarote.


(Las cuatro rebuscan en sus bolsillos. IRIA saca un papel y se lo enseña al resto).


CARMEN.—¡El código! ¡Lo tenías tú!

IRIA.—¡Me acabo de acordar! Me lo dio el chico antes de entrar, pero pensé que era su número de teléfono.

MEGAFONÍA.—Nadie dice que no lo sea.


(IRIA sonríe pícaramente).


CARMEN.—Ya ligarás después. ¡Al lío!


(Los personajes vuelven a moverse a cámara rápida, resolviendo acertijos. La cuenta atrás marca cinco minutos).


ELENA. (Muy nerviosa).—Vale, sabemos que las instrucciones para desactivar la bomba están escritas con tinta invisible en esta nota. (Levanta una nota en blanco).

CARMEN.—¿Y cómo la revelamos? ¿Con calor?

LUCÍA. (Emocionada).—¡El mechero! (Coge un mechero de la mesa y lo enciende).

ELENA.—¡Rápido! ¡Quedan cinco minutos!


(ELENA acerca la nota al mechero. Está tan nerviosa que acaba prendiéndole fuego).


ELENA.—¡Mierda!

TODAS.—¡Fuego!


(Las chicas corren descontroladamente, gritando. El fuego se extiende por la sala. La puerta del camarote se abre y entra un chico con un extintor).

IRIA.—¡Ha funcionado! ¡La puerta se ha abierto!

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